Repudio sin tregua
¬ Juan Manuel Magaña jueves 15, Nov 2012Política Spot
Juan Manuel Magaña
“Paupérrima presidencia”, le gritaron a Calderón en el Instituto Tecnológico Autónomo de México.
Esa institución académica le dio al ilegítimo un reconocimiento y con ello mostró una doble mentalidad. Una cosa es lo que piense su cuerpo dirigente y su asociación de ex alumnos y otra muy distinta sus alumnos, que desde ahora están preocupados por lo que se le ha hecho y puede pasarle al país.
Veamos. A Calderón se le distinguió con el Premio Carrera al Universo 2012. Demasiado nombre que de inmediato hizo ver diminuto al receptor.
Se supone que ese premio está reservado a ex alumnos “con una notable contribución al desarrollo económico, político y social del país”, y una trayectoria que respalde esa labor por al menos 30 años de servicio. Y Calderón, nada de nada.
Por eso, en cuanto se supo lo del premio, se le consideró indigno al destinatario y desde las redes sociales se inició el rechazo en este tono: la política del interfecto, argumentaron, violó sistemáticamente los derechos humanos, incrementó la pobreza extrema, aniquiló la industria del turismo con la violencia institucionalizada y polarizó al país con una “guerra sucia” desde su campaña a la Presidencia el 2006.
También dijeron los que apenas están estudiando: “Felipe Calderón optó por la militarización del territorio nacional. Esto trajo consecuencias nefastas en materia de derechos humanos. Durante su gestión, la violencia se ha desencadenado en el país. Hay más de 60 mil homicidios relacionados con el crimen organizado, un millón de desplazados internos, cientos de personas han sido torturadas y miles de migrantes desaparecidos. En temas económicos, la administración de Calderón no se queda atrás.
La cantidad de personas en condiciones de extrema pobreza se incrementó, así como la desigualdad que existe”.
Se dice que desde la página de la institución se hizo una convocatoria velada para los itamitas que desearan acudir a la ceremonia. Tenían que hacer el envío previo de un correo electrónico con sus datos personales y debían pasar un filtro de selección a partir del cual, de ser aprobados, serían notificados días antes del evento.
El día estelar, los alrededores de la universidad fueron cercados con vallas metálicas y detectores de metales y cada rincón fue custodiado por miembros del Estado Mayor Presidencial (EMP) y marinos armados, pero aun así apareció un centenar de estudiantes con pancartas, megáfonos, velas, flores fúnebres y sus voces.
Los universitarios le recordaron a Felipe Calderón la criminalización que hizo de jóvenes como ellos durante su sexenio, evidenciando ignorancia al calificar a las víctimas de Villas de Salvárcar, Chihuahua, y a los estudiantes del Instituto Tecnológico de Monterrey asesinados por fuerzas federales en las inmediaciones de su campus. “A unos los llamó pandilleros, a otros sicarios”.
Le reclamaron más educación y menos armas, también por los bebés muertos en la guardería ABC, lo condenaron por haber conducido al país a un Estado fallido y por sus complicidades con personajes como Elba Esther Gordillo y Emilio Azcárraga. Total, que al premiado lo despidieron con un sonoro “presidente genocida”. Y ahí sí ni modo que se siga diciendo que todo es obra del “Peje”.